Si bien la identificación mediante RFID requiere de una antena de metal para recibir y transmitir pequeñas cantidades de datos, esa cantidad de metal es tan insignificante, que no daña ni afecta a la calidad de la madera, que se ve prácticamente libre de impurezas durante su tratamiento industrial. El resto del chip se compone de madera y lignina, un compuesto derivado de las paredes celulares de las células vegetales.