El sistema empleado cumplía con las exigencias del Instituto Europeo de Estandares de Telecomunicaciones: las etiquetas pasaban a través del campo lector de la antena durante 1 segundo o segundo y medio y las tandas se repitieron varias veces. Las pruebas demostraron una media de lectura de entre 98% y 99%, lo que representa una mejora del rendimiento en entornos de lectura densa, favoreciendo la viabilidad de la adopción de RFID en Europa.
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