Según informó la Complutense, el invento es un nuevo sistema de biometría ocular que provee un patrón único de autenticación propio de cada persona, diseñado por Celia Sánchez-Ramos, que identifica los puntos diferenciales de los ojos de los individuos, fotografiando varias veces la córnea del ciudadano cuya identidad se quiere comprobar. A continuación, se comparan un millar de puntos distintos con otra imagen, que debe haber sido registrada anteriormente, «y se logra una autenticación de la más alta fiabilidad de la identidad de las personas», explica la Complutense.
Para esta universidad, el análisis de córnea mejora otras técnicas biométricas anteriores, como la huella dactilar y el análisis del iris, ya que permite la observación de la cara interna de la córnea, «no replicable». Además, asegura, en caso de cirugía ocular, con el procesamiento de una nueva imagen se garantizaría la correcta identificación del individuo. El invento se puede utilizar con todas las personas y se aplica mediante una técnica «inocua, no invasiva y sin ningún efecto secundario», concluye la Universidad Complutense de Madrid.