Un estudiante graduado de Marquette University, Chris Hallberg, inventó una taza de café con RFID, con la que los clientes de cafeterías pueden pagar sus bebidas sin tener que sacar la billetera o monedero.
Se confecciona fundiendo una etiqueta RFID a una taza de café. El dueño de la misma puede poner dinero en el chip y sólo tiene que pasar la taza frente a un lector para que se realice la transacción. Hallberg le vendió la idea a la cadena de cafeterías de Milwaukee, Stone Creek Coffee.