Sin embargo, por dentro está repleto de conexiones, con 192 módulos LED, que muestran la batería, la conectividad a Internet o el nivel del sonido. Este desarrollo es capaz de conectarse con el ordenador y reconocer el programa Spotify. A partir de ahí cada una de las etiquetas RFID, de distintos colores, se puede asociar a una lista de reproducción. Las etiquetas RFID son unas placas magnéticas redondas que se acoplan a la rueda del volumen y automáticamente la antena del aparato las reconoce, reproduciendo las canciones almacenadas. Estas etiquetas, al igual que cada aparato, están asociadas a un número de serie que permite a rastrear el contenido que se graba en ellas.