La unidad fabrica sensores y controladores para fabricantes en la industria de la automoción y aeroespacial, entre otras. Con unas ventas anuales de 1.000 millones de $, cerca del 8% de la facturación total de Texas Instruments, estos sensores tienen unos márgenes inferiores a los de los semiconductores.
Y es que la unidad de sensores necesita una inyección en el gasto de investigación y desarrollo para crear nuevos productos, pero las ventas están creciendo menos de la mitad que sus otros productos, con lo que la compañía era reticente en invertir más en la unidad.
Eso sí, Texas Instruments mantiene parte de la unidad de sensores que fabrica tags RFID, cada día más utilizadas por fabricantes y minoristas para rastrear el inventario. La división RFID de la compañía tuvo unas ventas durante 2005 de 110 millones $.
La venta de la división de sensores, de la que se venía hablando desde hace tiempo, es el último de una serie de movimientos de TI para deshacerse de unidades no centrales, como la fabricación de ordenadores personales y juguetes educativos, para centrarse en hacer chips digitales y analógicos para teléfonos sin cables y electrónica de consumo.
Más información: