Así, nos muestra siete lugares en los que un minorista puede sacar partido a la tecnología RFID. Y es que mientras se intentan ajustan los precios de los tags, así como los estándares y los asuntos legales relacionados con la privacidad que pueden entrar en conflicto con el etiquetaje a nivel ítem, la cadena de suministro todavía le puede sacar mucho jugo etiquetando a nivel caja o palet.