Se situarán cestas plásticas equipadas con etiquetas RFID en unas 8,000 viviendas para obtener datos estadísticos sobre el comportamiento de la eliminación de residuales, antes de ampliar el sistema a los 25 distritos restantes. Los basureros recogerán esas cestas, las pesarán y la información será enviada a un servidor que acumula las tarifas por la eliminación de desechos.