Para algunos, la solución contra las imitaciones baratas está en las etiquetas RFID que se adhieren o incrustan en un producto y permiten su trazabilidad. Pero su utilización no está exenta de polémica y algunos expertos han declarado incluso que son “una mala idea” y “una amenaza contra la privacidad”.
Schoeller Technologies tiene una alternativa química para detectar las falsificaciones. La compañía, especializada en tecnología textil, ha desarrollado un ingrediente químico que crea una marca identificativa única, un código DNA para cada producto, que permite certificar su autenticidad. El invento, bautizado DNAtex, puede “reconocer el producto mediante un pequeño escáner electrónico que lee la identificación y emite una señal de luz verde cuando es verdadero y una señal de luz roja cuando es una copia.