Uno de los beneficios de estas etiquetas a prueba de manipulaciones es que no hay vínculo después de pegarlas en una superficie plana, es decir que si las personas no autorizadas o los delincuentes tratan de quitar la etiqueta del transpondedor RFID incrustado, ésta pierde su función, es destruida. Por lo tanto es imposible quitarlas y pegarlas en productos falsificados.