En el artículo, Mark Roberti explica cómo la mayoría de empresas no han aprendido todavía a medir el retorno de la inversión, por lo que se ven incapaces de calcular lo que tardarían en amortizar un sistema RFID. Con ejemplos prácticos, como el de Procter & Gamble, Mark Robreti demuestra que una vez las compañía vean el ROI de la tecnología RFID, empezarán a implementar sistemas de identificación por radiofrecuencia y será entonces cuando baje el precio de la etiqueta.