La gestión del conocimiento debe abarcar distintas facetas del proceso de negocio, desde la referida a las operaciones del día a día, a las propias de la organización de la empresa, así como las relacionadas con los clientes y la alta dirección. Joslin presenta diez puntos que las empresas deben considerar para poder desplegar con éxito la gestión del conocimiento: los objetivos que se quieren conseguir; la audiencia para la que se desarrolla; la tecnología que debe sostenerla; el seguimiento analítico de su utilización; la calidad que se quiere alcanzar; quiénes son las personas que la promueven; qué personas van a ser sus usuarios; cuál es la filosofía de la empresa; cómo se valora y promociona la importancia del conocimiento; y qué pasos se siguen para dicha implementación.