El cumplimiento de normativas federales ha sido el origen de la mayoría de los desarrollos de BPM llevados a cabo en EE.UU., pero más allá de esto, las organizaciones se han dado cuenta de los beneficios que reporta para mejorar su eficacia desde la base del negocio. Este documento repasa el presente y futuro del BPM cuestionando si las empresas pueden hoy en día permitirse el lujo de, todavía, ser espectadoras y no jugadoras activas en su implantación.
El autor reconoce que el BPM es todavía un nicho tecnológico abierto en el que se están posicionando cada vez más fabricantes interesados en que sus productos se comuniquen entre sí. Esto enlaza con su concepto de BPM, que es entendido como la tecnología colaborativa sobre la que debe girar cualquier implementación que se lleve a cabo en las infraestructuras de TI de las organizaciones. En cuanto a su futuro y tendencias, destaca su opinión sobre las herramientas gratuitas y el software de código abierto que se está ofreciendo en este campo.