El nivel de carga que actúa en los implantes se mide usando un calibrador de tensión. Esto provee al médico de una medida cuantitativa de la rigidez en el lugar de la fractura y hace el pronóstico de cura de la misma así como el control de la rehabilitación que tenga lugar. Las ventajas de esta nueva técnica comparada con los métodos de examen ya establecidos como la radiografía y los CT, son la alta sensibilidad y la no exposición de radiación.
La información de la tensión del calibrador se traduce a una señal numérica usando un microcontrolador en un circuito muy pequeño. Esta señal se transfiere fuera del cuerpo usando la comunicación por radiofrecuencia (RFID). La bobina transponder miniaturizada en el circuito es proporcionada por PREMO. Esta microbobina permite una fácil integración en el circuito. De esta manera el sistema se fija en el implante.