No son pocas las empresas que no acaban de estar satisfechas con la gestión de sus contenidos web. La idea de múltiples departamentos controlando cada uno de ellos la publicación a través de plantillas de sus propios contenidos parece estar más cerca de un argumento de venta que no es fácil hacer realidad que de una práctica ideal.
El problema parece no ser de raíz tecnológica en la mayoría de los casos, sino en los usuarios que han de acabar por utilizar la herramienta. O eso es, al menos, lo que piensa el autor de este artículo.