Los sistemas para la gestión del ciclo de vida de los productos (PLM) han permitido a los fabricantes poder introducir orden y colaboración en la amalgama de infinitos pasos que requiere el diseño y fabricación de muchos productos. Factores como la creciente globalización de la producción, el incremento de la externalización y las emergentes demandas de conformidad legal han hecho además aumentar los requerimientos demandados a este tipo de sistemas, que ahora necesitan integrar sus capacidades con las ofrecidas por sistemas BPM y arquitecturas orientadas a servicios.
Este artículo repasa el actual estado de las aplicaciones conocidas como PLM y aboga por un nuevo enfoque de este concepto que se centre más en los procesos que en las propias aplicaciones.