Proteger eficazmente la información privada que contienen muchas de las tarjetas que se llevan en la cartera constituye un reto para los expertos en seguridad informática. Para mitigar este problema, un joven científico de la Universidad canadiense de Calgary, Nicolai Marquardt, en colaboración con el laboratorio de investigación de Microsoft en Reino Unido, trabaja en el desarrollo de nuevos diseños de etiquetas RFID que aumentan la capacidad de control del usuario sobre la información personal que contienen sus tarjetas.

«Estamos construyendo nuestras propias tarjetas RFID, a las que hemos añadido ciertas características que dan la voz de alarma cuando alguien está accediendo a la información privada», afirmó Nicolai Marquardt durante la última edición de la conferencia “Computer Human Interaction” celebrada en Atlanta. Estas etiquetas proporcionan automáticamente respuestas visuales, audibles o táctiles cuando se ponen en contacto con lectores RFID. Pero además, permiten que el usuario admita o rechace activamente el acceso a la información almacenada en la tarjeta, por el modo en que tocan, orientan, mueven, presionan o iluminan la etiqueta.

Por Editorial

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