¿Cuál es la diferencia entre estas dos preguntas?: “¿Cuántos nuevos clientes hemos conseguido este año?” y “¿Hemos conseguido a los clientes adecuados?”. Para el autor de este artículo, la primera cuestión es un puzzle y la segunda, un misterio. Así comienza este interesante documento que avisa de los peligros de contar con demasiada información y no tener claro qué se quiere resolver al plantear una estrategia de BI.
Ejemplos prácticos como el Caso Watergate y la crisis del gigante Enron justifican buena parte de las ideas que se esbozan en este documento, cuya conclusión es que por sí sólos ni preguntas sencillas ni complejos análisis sobresaturados de datos son efectivos para gestionar las estrategias o tácticas de las organizaciones.