Así las cosas, tanto los huéspedes del hotel como los asistentes a conciertos que lo deseen reciben una pulsera con un microchip RFID, un mecanismo que se activa y se sincroniza con las cuentas personales a Facebook a través unas pantallas táctiles.
Con estas pulseras, el cliente ya se puede situar delante de una serie de pilares dotados con pantallas táctiles y cámaras fotográficas y conectarse a Facebook.