Los vehículos de Land Rover se construyen de acuerdo a las órdenes que envían los representantes de venta y se asigna un número de identificación de vehículo (VIN), generalmente asociado con un representante específico. Por lo tanto, el poder realizar el seguimiento de cada vehículo antes de que sea entregado es crítico. Después de que los vehículos de Land Rover salen de la planta de fabricación, experimentan una serie de procedimientos y se los mueve a varias localizaciones. Así las cosas, el sistema de RFID simplifica el proceso de localizar los vehículos que necesitan ser probados, mantenidos, almacenados o enviados.