Sus investigadores han descubierto que, pese al pequeño tamaño de la memoria de los tags, es posible infectarla introduciendo en ella virus. Y han publicado un completo informe en el que indican qué vulnerabilidades afectan a la tecnología RFID, qué tipos de virus y gusanos pueden atacarla y cómo defenderse ante ataques a bases de datos o aplicaciones web. Alertan de que una vez infectado un tag su propagación por todo el sistema con el que está relacionado es prácticamente inevitable, ocasionando situaciones de caos absoluto en grandes despliegues.
Como ejemplo de posibles infecciones y sus consecuencias, apuntan, por ejemplo, los aeropuertos, en los que la RFID puede utilizarse para controlar el proceso de facturación de equipajes. Si un tag está infectado, al ser escaneado podría infectar automáticamente la base de datos central que gestiona los equipajes así como todas las demás maletas que sean escaneadas tras esa lectura. Y éstas al llegar a sus aeropuertos de destino, infectarían los sistemas de éstos. Es una cadena que puede provocar una situación caótica a escala internacional.
Para prevenirlo, los investigadores de la Universidad Vrije recomiendan comprobar constantemente el funcionamiento de los desarrollos RFID e implementar productos que aseguren su seguridad y niveles de privacidad, sobre todo antes de ampliar los despliegues a grandes escalas. En este sentido, el Departamento de Ciencias de la Computación trabaja en un proyecto denominado RFID Guardian, cuyo objeto es investigar la seguridad y la privacidad en la utilización de esta tecnología, diseñar soluciones contra virus y asegurar su uso legal para proteger los derechos de los consumidores. En este sentido, han desarrollado un aparato prototipo móvil que monitoriza y regula su uso para garantizar su legalidad.
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