Los investigadores que desarrollaron la tecnología afirman que los huesos de cada individuo son lo suficientemente únicos como para poder identificarlo, combinando la densidad ósea y otros aspectos que puedan ser ya conocidos sobre la estructura esquelética de la persona, tales como lesiones anteriores, costillas o vértebras lumbares adicionales. Así los escaneados óseos resultarían una tecnología prometedora para detectar terroristas u otros delincuentes conocidos en las zonas muy concurridas, como son los eventos deportivos o los parques temáticos.