Jim Boyd, director de productos y soluciones para el mercado de servicios financieros en Europa de CSC, fue el encargado de abrir la primera sesión de este evento con una presentación sobre el actual estado del mercado y las tecnologías BPM.
Según Boyd las tecnologías han de utilizarse para crear maneras radicalmente diferentes de hacer negocios y no sólo para hacer mejor lo que ya se hace. Para este directivo de CSC la mayor demanda de las compañías viene hoy de la necesidad de hacer más simples los procesos de negocio que día a día incrementan su complejidad.
Según Jim Boyd, el BPM puede traer nuevas oportunidades de crecimiento a las compañías de servicios financieros que se especialicen ofreciendo competencias diferenciadoras. Por ejemplo, continuó, aquellas compañías que se especialicen en la gestión de un determinado tipo de riesgo pueden asociarse más fácilmente con otras compañías igualmente especializadas para poder ofrecer competencias complementarias.
Por otra parte Jim Boyd también advirtió que los niveles de moda que han alcanzado las tecnologías de BPM pueden llevar a crear expectativas que no pueden materializarse, afectando a las posibilidades reales de lo que sí puede llevarse a efecto.