Y agrega que «sin embargo si le habláramos a esas mismas personas de aparatos futuristas con los cuales se pueden reconocer nuestras huellas dactilares, el iris del ojo o incluso nuestros rasgos faciales por medio de rayos infrarrojos para identificarnos y aprobar o denegar nuestro acceso a cualquier área restringida, a muchos de ellos les vendrían a la mente diversas películas de ciencia ficción donde han visto estos inventos. Pues bien, la ciencia ficción, hace mucho que dejó de ser ficción y pasó a ser simplemente ciencia, porque la tecnología biométrica ha avanzado bastante y se ha generalizado mucho más de lo que pudiéramos pensar».