“Se trata básicamente de mantener el control sobre los contenedores,” explicó Matt Gratz, director de desechos sólidos de la ciudad. Añadió que la ciudad ha perdido un promedio de 2,700 contenedores anuales desde la implementación inicial – a causa de robo o destrucción de los contenedores, o porque los propietarios se los han llevado al cambiar de residencia. Las etiquetas serán codificadas con la dirección adecuada, de modo que la ciudad puede saber dónde debe estar cada carro y las etiquetas solo pueden leerse a corto alcance y no pueden rastrearse en forma remota.