De acuerdo a lo explicado por el profesor Dale R. Thomas, los tags pasivos de RFID son fáciles de falsificar porque no incluyen algoritmos convencionales de encriptación y protocolos de seguridad. Y agrega que para clonar un tag simplemente hay que copiar la información de un tag y cargarla en otro. Etiqueta que luego puede ser puesta en un producto falsificado.