Recientemente la investigadora de la Universidad Complutense, Celia Sánchez Ramos, se ha alzado con el máximo galardón del Salón Internacional de lnventos de Ginebra por un novedoso sistema de autenticación a través de la córnea. Una patente que se suma a la identificación por retina y, la más extendida, por iris. En este caso, se trata de estudiar la primera estructura ocular, que además es transparente, y obtener una topografía tanto de la cara externa como de la cara interna, «singular y no suplantable», señala Celia Sánchez.
A diferencia de lo que ocurre en el estudio de la retina (estructura interior a la que hay que llegar a través de la pupila), el acceso a la córnea es universal, por tanto, menos invasiva, puesto que no necesita de tan poca distancia y tanta luminosidad como la cara interna del ojo, y más universal, porque no se necesita atravesar el «diafragma» del ojo que puede estar dañado por la edad o los fármacos. «Las personas operadas de miopía, astigmatismo, etc., son mucho más fáciles de autenticar. Es como si tienes una cicatriz enorme en medio de la cara. Y es inocua, no afecta a la visión», explica Sánchez.