En 1974, cuando Intermec inventó el estándar Code 39, la tecnología de captura de datos era muy simple: se imprimía una etiqueta con un código de barras lineal y se leía con un escáner láser en modo batch. A medida que los códigos de barras se convertían en algo habitual, las empresas se percataron de las ventajas de incorporar una mayor cantidad de datos, lo que condujo a nuevas simbologías como PDF417 y códigos matriciales que abarcan mucha más información. Ahora, la identificación por radiofrecuencia (RFID) puede utilizarse como base de datos dinámica y portátil conectada a un pallet, a una caja o a un solo artículo.
Al tiempo que han ido proliferando nuevas simbologías de transmisión de datos, se ha producido un cambio significativo en las tecnologías de lectura. Los lectores láser todoterreno se han visto complementados y a menudo superados por nuevas herramientas de lectura de imágenes. Estos dispositivos de imagen lineal y de área tienen más prestaciones y fiabilidad que los lectores láser. Si a estos se añaden los interrogadores RFID, es evidente que el panorama de la captura de datos se ha vuelto mucho más complejo.
Aquí se hace una comparativa entre las distintas tecnologías de captura de datos y se brindan los puntos favor y en contra de cada una.
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