Para Suesta, «la clave de la efectividad de la tecnología está en analizar cada uno de los procesos empresariales y determinar si dicha tecnología puede aportar mayores ventajas que la que aportan otro tipo de tecnologías de identificación o captura de datos más sencillas y menos costosas, como por ejemplo el código de barras. En caso de que la respuesta sea afirmativa, debemos seguir adelante con la tecnología RFID«.