Joe Wooller, un ciudadano de Perk, Australia, de 28 años ha decidido implantarse en su mano derecha un chip de identificación por radiofrecuencia que no requiere baterías, puede durar años y se comunica con un receptor conectado a las puertas, por ejemplo, a través de un campo magnético. Wooller puede abrir la puerta de su casa, arrancar su moto y abrir las puertas de su coche tan solo con acercar la mano.