Tras la construcción de diques en el río Columbia, muchos fueron los que levantaron la voz de alarma acerca del futuro del salmón, una especie muy preciada por las poblaciones afectadas. La Bonneville Power Administration inició después una tarea para contar la cantidad de unidades de salmón que existían en el río, y más teniendo en cuenta que 14 de sus sub-especies estaban clasificadas como en vías de extinción.
La BPA, una organización sin ánimo de lucro que lucha para recuperar la cuenca del río Columbia, lleva utilizando la RFID para el rastreo y localización de salmones desde los años 80. Desde entonces, han introducido tags RFID a dos millones de salmones al año. Las etiquetas pueden transmitir 64 bits de información cuando se activan por los lectores de paso de los peces. Al tener cada salmón una ID única, los biólogos de BPA pueden recoger información detallada acerca de cada unidad.