Con este software, el rostro se convierte así en la única llave de acceso que permitiría a cada usuario operar por Internet, sin el riesgo de la suplantación personal con sus datos, o que se hagan con la clave de acceso mediante prácticas de fraude.
Con esta solución, se identifica automáticamente a cada cliente a través de una imagen digital en movimiento de su rostro, para la que sólo se requiere una sencilla webcam.
La nula inversión que requiere el invento de F7 es lo que le hace más atractivo a la hora de estudiar su implantación. De hecho, la propia CAM, el BBVA, Banco Santander, Banca March, Sa Nostra, entre otros se han interesado por el mismo.