Esto ha levantado críticas. ya que los padres están indignados porque en las escuelas le tomen las huellas digitales a sus hijos sin previa consulta. Pero las autoridades escolares plantean que no existe ningún requisito legal que los obligue a obtener el consentimiento de los padres para emplear tecnologías biométricas. Los padres, e incluso algunos maestros, argumentan que es de sentido común que las escuelas los consulten antes de implementar sistemas biométricos que involucren a sus hijos.