Los resultados de esta encuesta mundial, llevada a cabo en julio de este año por el Economist Intelligence Unit para SAS, empresa especializada en el ámbito de la analítica e inteligencia empresarial, sirvieron para comprender mejor las estrategias de manejo del riesgo empresarial.
El 59 por ciento de los encuestados reportaron que la crisis de créditos les ha hecho inspeccionar con más detenimiento sus prácticas de gestión de riesgo, parece que ahora sí están poniendo atención. Anticipándose a que habrá mayor escrutinio por parte de reguladores, son muchas las empresas que están revisando sus políticas para ver como están sus prácticas de manejo de riesgo. Además, y gracias a recientes informes del Financial Stability Forum (FSF) y el Institute for International Finance (IIF), se está pidiendo mayor escrutinio del proceso de manejo riesgos.
Rodney Nelsestuen, analista de la firma TowerGroup, está de acuerdo con esto. “La administración del riesgo empresarial ha cobrado mayor importancia en tanto los accionistas, las juntas directivas y los reguladores exigen mejores y más oportunos análisis de riesgo, al igual que conocimiento más profundo de cómo el dinámico entorno de riesgo por el que está pasando la comunidad financiera mundial, llega a impactar a la institución”.
Los encuestados identificaron varios desafíos que han afectado la implementación de aplicaciones completas de riesgo, como los datos o la cultura de la compañía. Para muchos ejecutivos en empresas de servicios financieros, el acceso a datos consistentes, relevantes y a tiempo, son un obstáculo enorme. Además, casi la mitad de los encuestados consideran que uno de los retos más frecuentes es promover una cultura donde se administra el riesgo.
Las empresas que participaron en la encuesta están reconociendo que los programas integrales de riesgo exitosos van más allá de los beneficios cuantitativos. En áreas como el riesgo crediticio y del mercado, un enfoque integral puede servir para distribuir el capital eficientemente. También puede servir para ofrecer mayor contención de pérdidas y sirve para proteger el daño a la reputación.