Entre las principales conclusiones que se extraen del debate que llevaron a cabo los profesionales farmacéuticos destaca el desconocimiento de muchas empresas sobre las posibilidades reales que ofrece la tecnología RFID y la necesidad de que mayoristas y farmacias apuesten por la RFID con la misma convicción que los laboratorios. De esta forma, se podría controlar el producto desde el laboratorio hasta el consumidor.
La mesa redonda reveló que el coste de implantación del TAG y de modernización de infraestructuras es uno de los principales inconvenientes para la aplicación del RFID en el sector farmacéutico. Los asistentes estuvieron de acuerdo en la necesidad de analizar exhaustivamente las ventajas que tiene esta tecnología, evaluar la exigencia de implantarla y, sobre todo, alcanzar un compromiso para una aplicación a nivel general.