El sistema convierte un teléfono inteligente en un sensor de medicamentos, que lee datos de una etiqueta RFID colocada en el envoltorio de la medicina. El teléfono recolecta la información de forma inalámbrica en tiempo real y ayuda a verificar que los pacientes están tomando el medicamento adecuado a la hora correcta, además de identificar cualquier posible efecto secundario.