El informe asegura que esta cantidad puede ser incluso mayor si los esfuerzos que se están llevando a cabo para etiquetar los ítems individualmente ganan mayor aceptación. Desde este año, se etiquetarán anualmente más de un billón de ítems postales, lo que hará de este mercado la segunda gran aplicación de la RFID tras la cadena de suministro.
El estudio asegura que ha llegado el momento de la aplicación de la tecnología en los servicios postales y de mensajería, y que las compañías que ignoren este avance acabarán siendo poco competitivas. En el pasado, la RFID sólo se utilizaba para la evaluación del rendimiento postal, utilizando tags en un pequeño porcentaje de cartas y en el rastreo de un pequeño número de vehículos de transporte.
Actualmente, existe incluso un sistema que automatiza el proceso completo de entrega de correo desde que se acepta el paquete hasta su clasificación y envío. El sistema ha sido testado con éxito este año en Korea por el Korea Electronics and Telecommunications Research Institute ETRI, que lo mostró a miembros del Ministerio de Información y Tecnología y representantes del sector privado. Perfeccionado, el sistema sustituirá al código de barras existente, logrando reducir costes, errores e intervención humana.
Por su parte, el servicio de correos sueco dispone de un paquete que detecta y graba falsificaciones utilizando RFID y otras innovaciones como tarjetas RFID que controlan el acceso de los conductores a los vehículos postales y equipamiento de clasificación postal con sistemas RFID. El potencial global de este tipo de sistemas queda demostrado al observar que el gigante Microsoft se ha introducido en el mercado proveyendo a Taiwán su primer sistema postal de estas características.
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