Lo importante del 5G no es la velocidad ni la baja latencia, los importante es qué cosas podemos hacer que antes no pudiésemos, según se ha puesto de manifiesto en un debate en el que han participado representantes de TST Sistemas, Vodafone, Observatorio 5G del MWC, 5G Ventures, ASTI Mobile Robotics y PONS IP.
La tecnología 5G ofrece un nuevo marco de innovación y de transformación digital para la industria, sin embargo, su adopción no es tan acelerada como se creía, según las conclusiones del encuentro “El futuro del 5G en la industria”, enmarcado en la serie Diálogos 4.0 que promueve Atlas Tecnológico, celebrado en la sede la Fundación PONS.
En el encuentro participaron destacados expertos de las telecomunicaciones, la industria 4.0 y la consultoría tecnológica, que animaron a explorar el potencial de innovación que ofrece el 5G y analizaron el presente y futuro de esta tecnología en el ámbito industrial.
Estado de la cuestión
La amortización de las infraestructuras de 4G y el mayor coste de los despliegues de 5G está retrasando la adopción de la nueva tecnología, que se realizada a velocidades diferentes según se trate de una red pública o una privada. “No podemos decir que ha llegado el 5G, sino que hay cosas que funcionan utilizando características simplificadas del 5G que luego iremos mejorando”, afirmó Francisco Alcalá, CEO de TST.
Según Daniel Barallat, country manager de IoT de Vodafone, el 5G es una familia de tecnologías, algunas de ellas evoluciones del 4G, que permiten a las operadoras amortizar las redes. “El despliegue actual de 5G –dijo– es lo más sencillo, tengo más velocidad y eso tiene impacto en el público, pero es el que menos transformación genera. Poco a poco aparecerán las implementaciones que si tendrán efectos en la industria y su transformación “.
Para Luis Ignacio Vicente, CIO ASTI Mobile Robotics y consejero de PONS IP, es evidente que “estamos en un momento relevante. Tenemos problemas de energía, de suministro y las tecnologías, incluido el 5G, nos va a permitir salir adelante. En ASTI tenemos nuestros robots conectados para el 5G cuando sea posible. Y entonces ya no será sólo la tecnología en sí, sino cómo podemos aportar valor a los clientes, a la industria”.
Federico Ruiz, del Observatorio 5G del MWC, recordó que cada generación de telefonía móvil tiene una vigencia de 10 años, de modo que el 5G es para 2020 y el 6G para el 2030. Estamos en un despliegue del 5G privado y, en paralelo, industrial. “La ventaja económica del 5G, el rédito económico, viene de implementarlo, de ponerse a ello, es como hacer el Camino de Santiago, la gracia es hacerlo, no hacerse el selfie”, señaló.
Cerró el bloque Alberto Villalobos, CEO de 5G Ventures, señalando que hay una gran diferencia respecto a las décadas anteriores, en las que la tecnología móvil era únicamente una tecnología de conectividad. “Pero el 5G no es sólo eso, es un nuevo marco de innovación, de transformación digital para la industria. Los países más avanzados han comprendido que esto no va de conectividad, sino de innovación. El tractor principal del 5G no son los smartphones, sino lo que la industria haga con esta nueva tecnología. Y ahí es donde el ecosistema americano ha entendido que se iba a softwarizar el mundo de las telecomunicaciones. Japón, Taiwán y China, están en lo mismo, mientras que en Europa algunos países han tomado alguna ventaja radical respecto al resto, entre los que no está España, que va muy por detrás de esa carrera”.
¿Es el momento de incorporar ya dispositivos con 5G?
Según Luis Ignacio de Vicente, el 5G va a estar dentro de nuestras instalaciones y de las de nuestros clientes, “la cuestión no es la velocidad ni la latencia, sino qué cosas podemos hacer con 5G que antes no podíamos”. En este sentido, el 5G permitirá sacar parte de la electrónica que está dentro de los vehículos y llevarla a la nube, al Edge computing, a instalaciones de ordenadores intermedias. “En la medida en que sea rentable para una empresa hacer esas cosas por aumento de eficiencias o disminución de costes será el momento” y añadió que “el 5G tiene que estar en los departamentos de I+D de la industria, como la inteligencia artificial o el internet de las cosas. La entrada en operación dependerá de los despliegues de red y de la oportunidad, pero ya debe estar en la hoja de ruta”.
Para Fran Alcalá en tecnología no hay ventanas de oportunidad, “esto es una ventana deslizante, no hay hitos fundamentales por los que esperar. Asesórate bien para beneficiarte de todo lo que la tecnología te ofrece hoy. Y mañana, si lo has hecho bien podrás evolucionar lo que hiciste si fuiste con los partners adecuados”.
Daniel Barallat, más pragmático, señaló que hay que tener claro “cuál es tu propuesta en el mercado dentro de tres-cinco años. No necesitas tener a tu cliente con una MPN (Mobile Private Network) instalada para empezar. La mayoría de las MPN industriales que se están poniendo se dirigen a sustituir las radios Motorola que lleva la gente de campo y seguridad, por móviles rugerizados a los que se añaden aplicaciones como realidad aumentada para controlar procesos. Esto no hay nada de IoT, pero cuando vas a un cliente tienes que ser capaz de hacer un business case rentable”.
Alberto Villalobos apostó por incorporar a la agenda de los CIO esa futura arquitectura que implica el 5G. “Que puedes montarla sobre una Wi-Fi virtualizada o una red 4G virtualizada, incluso sobre cable. Los CIO deberían tener claro qué cambio implica una arquitectura con cloud distribuido y mobile Edge computing, y sólo entonces podrán evolucionar hacia el 5G, pero deben tener desde hoy preparada su transformación para la fábrica del futuro”.
¿Qué tecnologías saldrán especialmente beneficiadas con el 5G?
Según Federico Ruiz “lo interesante es que no sabemos exactamente cuáles se impondrán. Mucho del resultado y del rédito económico del 5G será transversal. El 5G arrastra un montón de tecnología y ese conocimiento es transversal, y se podrá aplicar a una prenda deportiva, a un AGV, al control de una fábrica o al movimiento de un animal”.
Fran Alcalá precisó más y habló de realidad aumentada, control a distancia desde una mesa de operaciones, seguridad, el Smart contract en todos los procesos logísticos, muy probablemente sin necesidad del blockchain, pero sí otras tecnologías que dan el mismo servicio, “unos gracias a y otros como acompañamiento necesario para sacarle el máximo partido al 5G”.
Por su parte, Luis Ignacio Vicente dijo que “si tengo una autopista con esas cualidades, puedo habilitar muchas cosas. Me gustaría monitorizar los robots autónomos en tiempo real desde cualquier parte del mundo y estamos en ello. Me gustaría tener gemelos digitales de la industria, una visión en el mundo virtual de lo que está pasando en el mundo físico. Eso hasta ahora no podía, pero con el 5G sí voy a poder”.
¿Es interesante crear una red privada de 5G?
Federico Ruiz afirmó que en España hay un conato de 5G de espectro industrial de 20 MHz. “Lo que hace falta es que la industria se lance. No utilicemos el tema del espectro como una excusa para no innovar, lancémonos porque podemos ir de la mano de un operador, podemos explorar. Si esperamos a que la regulación esté lista va a ser demasiado tarde”.
Según Luis Ignacio Vicente, estamos acostumbrados en las generaciones anteriores a desplegar donde se concentra la población “y con el 5G tendremos que ir a polígonos industriales donde muchas veces no existe ni 4G. En un momento determinado a lo mejor es necesario ir a una red privada si no existe la pública”.
Daniel Barallat explicó que cualquier contrato de despliegue de MPN privadas tiene una duración limitada y al final el cliente puede decidir si cambia la frecuencia del operador por otra, porque ya tiene la infraestructura. “El operador -dijo- aporta dos cosas fundamentales: la experiencia de saber gestionar este equipamiento y el hecho de que puede ser necesario incluso en entornos altamente industriales”.
Para él, la gran ventaja de una MPN híbrida es que permite disfrutar lo mejor de ambos mundos, “una red privada para mis activos, para cosas que quiero controlar, y puedo seguir gestionando partners externos que tienen que trabajar en mi instalación con la red pública. Con una seguridad perfectamente balanceada”.
Cerró el encuentro Alberto Villalobos, para quien es necesario un marco regulatorio para que la industria se lance. Los americanos reinventaron la industria con un cambio regulatorio que habilitó el uso compartido del espectro radioeléctrico 5G para la industria y además lo digitalizó, sin necesidad de cumplimentar ningún papel. Un año más tarde, los alemanes copiaron ese modelo, aunque no les dio tiempo a digitalizarlo, y el resto de los países del Norte de Europa les siguieron. “En España estamos a la espera de un policy Group europeo, a ver qué dice en materia de regulación, mientras que el resto de los países están acelerando radicalmente la innovación en entornos industriales y apalancando esa transformación en el 5G. Hace falta urgentemente un marco regulatorio que habilite la innovación industrial”.