Para hacer frente a las demandas de la “empresa ágil”, los departamentos TI necesitan procesar crecientes volúmenes de información en plazos cada vez más cortos. Un imperativo para cuyo cumplimiento efectivo los informáticos demandan constantemente nuevas capas de automatización.
El autor del artículo asegura que la complejidad tecnológica está mermando la capacidad de las empresas para seguir por el buen camino. Por ello, considera que las TI necesitan un software capaz de ajustar los engranajes por sí solos, no sólo para que la gente pueda centrarse en tareas de mayor valor añadido, sino también para crear infraestructuras de información con menor coste, mayor fiabilidad, auto-regulables y más adaptativas.
Para hacer frente a esta situación, los desarrolladores se enfocan en nuevas infraestructuras de información auto-adaptables que, en esencia, serán más inteligentes. Esta nueva tecnología “entenderá” cómo adaptarse de forma óptima a los cambios de sistema y de los procesos de datos, y efectuará automáticamente los ajustes necesarios a una velocidad superior.