La compañía apuesta a que la crisis económica no supondrá un impacto negativo significativo en la demanda de etiquetas pasivas de RFID, y espera que el crecimiento económico futuro se traduzca en una mayor utilización de la etiqueta RFID. Con esta nueva planta también esperan absorver trabajos de fabricación que tags RFID que actualmente debián realizar con terceros.