Así las cosas, un minúsculo microchip es inyectado bajo la piel de cada pez y cuando este pasa junto a una antena RFID, al instante proporciona información sobre la especie, su hábitat y otros hechos interesantes en una pantalla de computadora que los visitantes pueden leer.
Además, la tecnología RFID le proporciona al personal del acuario un mejor control de la salud de los animales y les permite implementar acciones veterinarias con mayor eficacia y oportunidad.