Cabe destacar que el sistema tiene tres partes: una electrónica, que detecta a las personas mediante un sistema de sensores RFID; un sistema de planificación para encaminar a los usuarios dentro de un edificio de acuerdo con sus intereses particulares; y un sistema de información con el que se comunica a cada persona, de forma individualizada, el itinerario que tiene que seguir.
María Dolores Rodríguez, profesora del departamento de Automática de la UAH y una de las responsables del proyecto, señaló que “puede utilizarse para conocer técnicas de comportamiento, saber exactamente dónde se encuentra un libro o localizar a un niño que se haya extraviado en un centro comercial, por poner un ejemplo».