Puede ocurrir que una empresa aborda varios tipos de suministros. Los autores distinguen cuatro tipos. Si existen esas heterogeneidades, hay que plantearse su tratamiento diferenciado.
La conclusión es que hay que evitar que la unidad de producción tenga una visión ensimismada y orientada hacia las métricas internas. Muchas veces, conviene tener la visión de conjunto. Si a un comprador se le ponen sólo objetivos en precio unitario, podemos perder de vista la rotación o los gastos incurridos por la falta de calidad. Eso puede ocurrir porque no nos llegue la información de los puntos de venta o porque no se le haga llegar al fabricante de los componentes porque hay un intermediario por en medio.
Sí tenemos un cuadro de mandos para gestionar esta parte del negocio, debe contener información de conjunto.