Los residentes de Cleveland deben asegurarse de tener su contenedor de reciclaje con RFID fuera de sus casas a tiempo, o pueden enfrentarse a una multa de $100. Es que, como parte de un sietema de contro que tuvo un costo de US$ 2,5 millones, las etiquetas RFID se fijan a los contenedores de los residentes, y son escaneados y contados por los camiones de basura.
Cualquier residente cuyo contenedor no esté en el lugar señalado durante un período largo de tiempo, recibirá una visita de un funcionario y puede sufrir una multa de $100. Sistemas parecidos han sido instalados en otros lugares del mundo, donde a los residentes se les recompensa en dependencia de la cantidad que reciclan.