«Las etiquetas y sistemas inteligentes son parte de nuestra vida cotidiana ahora, simplifican sistemas y estimulan nuestra economía. Pero es importante tener estándares que garantizan que estos beneficios no se dan a costa de la protección de datos y la seguridad de los datos personales», ha explicado la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Agenda Digital, Neelie Kroes.
Los consumidores que utilizan abonos de transporte electrónicos o que compran prendas u otros bienes en tiendas y supermercados con etiquetas RFID sabrán que tienen chips gracias a un símbolo que incorporarán, parecido a la señal de Wifi en los ordenadores dentro de un recuadro con las siglas RFID, según ha informado el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
Los estándares ayudarán a las empresas a utilizar la tecnología RFID para impedir el robo de la mercancía y mejorar la gestión de su stock con la confianza de que ésta cumple las normas europeas sobre protección de datos en vigor y también facilitarán que los desarrolladores de aplicaciones RFID las cumplen desde la fase de diseño.
Los consumidores no deben ser objeto de vigilancia por los chips RFID y éstos deben desactivarse por defecto de manera inmediata y gratuita en el punto de venta, ha explicado el Ejecutivo comunitario en la nota.
Las compañías o las autoridades públicas que utilizan chips inteligentes deben dar a los consumidores información clara y simple para que puedan saber el tipo de datos recogidos -por ejemplo nombre, dirección, fecha de nacimiento cuando se registran para pedir un abono de transporte–, si sus datos personales serán utilizados y para qué.
También deberán garantizar un etiquetado claro para identificar los aparatos que ‘leen’ la información almacenada en los chips inteligentes y un punto de contacto para que los ciudadanos obtengan más información y llevar a cabo estudios de impacto de la protección de datos y privacidad antes de utilizar los chips. Estas evaluaciones deberán ser revisadas por las autoridades de protección de datos nacionales.
Las organizaciones y asociaciones de comercio minoristas también deberán promover por su parte el conocimiento de los consumidores de los productos que contienen chips inteligentes a través del símbolo europeo.
El mercado de las aplicaciones RFID a nivel mundial crecerá hasta los 9.200 millones de dólares en 2014 (unos 6.877 millones de euros), según informes que cita el Ejecutivo comunitario. Extraída de teinteresa.es.