El ingeniero Paulo Borges ha desarrollado un sistema mediante el cual los propietarios de las parcelas pueden obtener información sobre localización y el tamaño exacto de los árboles, así como quién lo cortó. Con este mecanismo, se implanta un microchip en la base del árbol, y los datos son enviados directamente a un dispositivo móvil. Los dueños están preocupados acerca de la procedencia de la leña y si esta tal está contribuyendo con el daño de la selva del Amazonas. “La gente habla mucho sobre madera que proviene de prácticas forestales sustentables — este sistema puede probar si es cierto”, señala Borgen.
Estos microchips contendrían información clave que le indique a los compradores dónde se taló el árbol, qué aserraderos procesó y vendió la madera, cuál era el tamaño del ejemplar, entre otras características. Este sistema es desarrollado por Acao Verde (Acción Verde), una organización que ayuda a combatir la deforestación a través del impulso a ideas como el registro de chips o la certificación de la madera.