El año que viene la bodega tiene la intención de implementar el sistema en todos sus 152 cubas de fermentación. Con los datos del sistema la bodega espera llevar a cabo pruebas que antes no eran posibles. Cada combinación de uva puede variar según el tipo de uva utilizada, los factores ambientales al momento que la fruta estaba creciendo, y la ubicación de la viña. La única manera de probar las diferentes actuaciones de los distintos tipos de uvas es hacer un seguimiento de las condiciones de fermentación. Con un método manual de seguimiento de la fermentación esto no hubiera sido posible, pero con el sistema de sensores RFID los investigadores tendrán ahora la información respecto a la condición de la mezcla, tomadas cada cinco minutos.