Los obstáculos más comunes con los que se encuentran las empresas, y que les impiden conseguir el ROI anhelado, son los largos procesos de implantación, la compleja formación necesaria que exigen algunas plataformas y, por último, la sensación de que el software no responde a los objetivos por los que fue incorporado. La solución está, para el autor, en apostar por tecnologías de aplicación inmediata, con una duración delimitada, y que sean cada vez más dinámicas y flexibles para responder a las necesidades de las empresas y de sus usuarios.