Samuel Colunga Urbina, Director de Administración de la Corporación Mexicana de Investigación en Materiales S.A. de C.V. (Comimsa), destaca que entre los beneficios de la Firma Electrónica Avanzada en México, lo más importante no es la ausencia de papel, sino los costos de oportunidad asociados, es decir, los tiempos de proceso se reducen drásticamente y con esto los costos, además de que se dispara la productividad, al hacer mucho más con los mismos recursos u obtener más resultados con menos recursos. Si a esto le agregamos la funcionalidad de la “oficina móvil” a través de teléfonos inteligentes o smartphones, las ventajas se incrementan.
Así las cosas, en México el Ejecutivo federal envió al Congreso en diciembre de 2010, la Propuesta de Ley de Firma Electrónica Avanzada, la cual ya fue aprobada por la Cámara de Senadores y ahora solamente se espera sea aprobada por la Cámara de Diputados.