Como argumenta Valenzuela en este artículo: «La gestión del rendimiento corporativo está representada por varios acrónimos (CPM, BPM, EPM, FPM), y todos ellos quieren ejemplificar las ventajas de un proceso de planificación eficaz que procure una perspectiva mejorada, una información más precisa y una toma de decisiones mejor y más rápida. Básicamente, una dirección empresarial más inteligente».